Uno de los aspectos más llamativos de la fiesta taurina es el traje de luces que utilizan los toreros, una prenda que apenas ha evolucionado con el paso del tiempo pero que hasta llegar a como la conocemos hoy en día, ha sufrido numerosas modificaciones. Aunque tiene su origen en el siglo XVII, fue Costillares quien años después establece las primeras reglas de lo que debe ser la segunda piel de los toreros, hasta que el chiclanero Francisco Montes “Paquiro” realiza una aportación decisiva a principios del siglo XIX.
Una evolución que se puede comprobar de primera mano al asomarnos a las vitrinas de este espacio dedicado a los vestidos de torear, con algunos de ellos que pertenecieron a grandes toreros de la historia como Joselito “El Gallo”. Auténticas joyas de la tauromaquia, guardianes de miedos y sueños.